Las ciudades costeras españolas menos conocidas para visitar en 2023.

Estamos seguros de que siente envidia del verano (o del mar en calma durante los meses de invierno), pero no podemos esperar a compartir con usted estas ciudades costeras españolas menos conocidas que debería visitar este año. ¡Les dejamos aquí nuestro listado de tours privados para hacer!

Algunos miran al mar como Dalí; una sábana blanca colgada del balcón anuncia a los marineros que ha nacido un nuevo residente, o una luna llena que parece dibujar un camino dorado hacia el horizonte.

La relación entre las personas y el mar susurra siempre cien historias por descubrir en las estrechas calles donde el gran azul emerge de cada esquina. Postales de disfraces para disfrutar con los cinco sentidos en estos pueblos costeros españoles poco conocidos que puede descubrir este año (y que es mejor explorar en meses que no sean julio o agosto).

LA ALGAMECA CHICA (CARTAGENA, MURCIA)

Puede que no sea un pueblo, pero La Algameca Chica es mucho más que eso: una comunidad, un oasis alternativo o un lugar al que a muchos nos gustaría retirarnos en una hamaca de rayas blancas y azules.

Esta chabola centenaria para antiguos mineros y turistas, situada en la ría de Benipila, cerca de la ciudad murciana de Cartagena, sobrevive entre el pasado y la modernidad -o, mejor dicho, entre la ilegalidad y la libertad- gracias a unos pocos vecinos que viven entre las chabolas de colores, sin electricidad ni fontanería, pero con una recompensa mucho mayor: una fotografía congelada de los viejos años de Levante, que aquí son más eternos.

MUNDAKA (BILBAO, EUSKADI)

Entre las rocas de la playa, un padre y su hijo intentan pescar un cangrejo con un cubo y una pala. Un poco más allá, los turistas toman un txacolí bajo un árbol gigante en el bar del hotel El Puerto, mientras los primeros surfistas se dirigen a la bahía de Biscaya, donde el mar, la tierra y el río Oka se han convertido extrañamente en un estuario.

Mundaka está considerada la meca de una de las olas más grandes de España -el récord de altura es de 4 metros- y es un pequeño paraíso en la costa de la bahía de Vizcaya, de visita obligada si ha terminado de visitar la emblemática isla de San Juan de Gaztelugatxe. Si el surf no es lo suyo, no hay problema: siempre puede perderse por la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, que rodea esta ciudad azul, rosa y verde.

EL ROMPIDO (RÍO HU)

Entre el océano Atlántico y el río Piedras se encuentra El Rompido, una pequeña aldea de casas encaladas y barcas clavadas en el barro que señalan uno de los grandes iconos de la zona: la Flecha de El Rompido, que aún se disputan con cariño los vecinos de Lepe y Cartaya.

Con hasta 12 km de longitud, se puede llegar a este arenal en paddleboard sin perderse la vista de la paradisíaca playa de Nueva Umbría o el pintoresco Real de la Almadraba de Nueva Umbría, un complejo que ha albergado a los trabajadores y máximos representantes de la industria atunera.

SABINOSA (EL HIERRO, ISLAS CANARIAS)

Techos frondosos sobre edificios de piedra, agaves que parecen de otro planeta y el sonido del mar a lo lejos. El Hierro, una de las islas más inexploradas de Canarias, es un hervidero de especies endémicas que incluye pueblos como Sabinosa, el más remoto de la isla, situado en una colina volcánica con vistas al océano Atlántico.

Los gaveteros -nombre con el que se conoce a los habitantes del pueblo- siempre han sido pastores gracias a la cercana localidad de La Dehesa, lo que convierte a Sabinosa en un lugar impregnado de folclore, cal blanca y la certeza de ser un lugar perdido en el tiempo y en el espacio.

BANYALBUFAR (MALLORCA)

Hay lugares cuyos nombres ya revelan su condición privilegiada, y Banyalbufar es uno de ellos. Este pequeño pueblo, enclavado entre los bancales de la Serra de Tramuntana, se traduce del árabe como ‘edificio junto al mar’ e invita a descubrir uno de los rincones más privilegiados de Mallorca.

Un paseo entre los edificios de Banyalbufar, al más puro estilo isleño, no es posible sin subir a Es Penyal, cuya parte superior se oculta entre la vegetación y ofrece una vista perfecta del mar Mediterráneo de ensueño, desde los lavaderos de Sa Canaleta, construidos a finales del siglo XIX, hasta las casas con ventanas verdes.

LAS HORTICHUELAS (CALLE DEL CABO)

Aunque igualmente atractivos, pueblos como Las Negras, San José o Isleta del Moro ya forman parte del imaginario colectivo cuando pensamos en el encanto del Parque Natural de Cabo de Gata. Pero he aquí un secreto: si toma la carretera de Níjar a Las Negras, justo después de cruzar Fernán Pérez, se encontrará con un pueblo con varias calles cubiertas de higueras, a sólo dos kilómetros de la costa.

El encanto de Las Hortichuelas reside en su extrema sencillez, custodiada por lastimosas verjas por las que los lugareños respiran aire puro, o incluso en un lugar emblemático, El Cortijo Subacuático, que constituye una oferta excepcional para los amantes del submarinismo.

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