Reggio Emilia: por qué deberías ir ya a esta desconocida ciudad de Italia

Reggio Emilia no es una ciudad tan turística como Venecia, ni tan impactante como Florencia, y mucho menos abrumadora que Roma o moderna como Milán. Más bien, es una ciudad más tranquila, en el corazón de la región de la Emilia Romagna; perteneciente al Valle del Po. 

Posee sus encantos y, además, es muy fácil de recorrer, con sus joyas arquitectónicas, variadas plazas y hermosas edificaciones. También presume de ser la ciudad de las bicicletas del país italiano y del Festival Europeo de Fotografía, de gran interés a nivel internacional. La ciudad en la Vía Emilia data del siglo II a.C.; siendo fundada como colonia romana.

Durante mucho tiempo su economía estuvo basada en la agricultura, siendo muy conocido tanto el queso parmesano como el vino Lambrusco. Ya para el siglo XX se comenzaron a desarrollar industrias pequeñas que posteriormente se convirtieron en empresas grandes; sobre todo para el sector textil, en la industria de la cerámica y en la mecánica, para la agricultura. 

Este crecimiento a nivel industrial trajo como consecuencia la inmigración de otros países, como por ejemplo de África; sobre todo de la parte central y norte de dicho continente. Igualmente, de algunas partes orientales como India, Pakistán y China; también de Europa del Este.

En la actualidad es un lugar muy tranquilo para descansar, con un centro histórico peatonal. También está adaptada para conocerla en bicicleta y, además, es la ciudad donde nace la famosa bandera italiana tricolor; con sus colores rojo, blanco y verde.

¿Qué tipo de atracciones podemos ver en Reggio Emilia?

Reggio Emilia, también conocida por la calidad de vida, su gastronomía y por las escuelas infantiles más bellas del planeta, igualmente posee mucho arte. Realmente hay muchos lugares interesantes por conocer. Entre ellos tenemos, por ejemplo, caminar por sus plazas en el corazón de la ciudad, que es de gran interés para los turistas.

También, si deseamos conocer la iglesia más bonita, la localizamos en el Alcázar de San Próspero, de gran interés para cualquier historiador. Igualmente, el Museo Tricolor, donde conoceremos un poco sobre la historia y su patriotismo.

Por otro lado, tenemos los Claustros, como el de San Pietro, el cual fue renovado; y el Claustro de la Ghiara. Además, también posee el Teatro Municipal Romolo Valli, que es un símbolo de la ciudad; y la Bibioteca Panizzi, ideal para los que gustan de la lectura. 

Para los amantes del diseño se puede fotografiar la Estación Ferroviaria de alta velocidad Mediopadana y los Tres Puentes de Calatrava. Estructuras bien particulares de acero, diseñados por Santiago Calatrava, mostrando el mundo contemporáneo. 

Para los excursionistas, un paseo por la naturaleza, a nivel del Parque Nacional de los Apeninos Tosco Emilianos; creado en el 2001, con 228 Km cuadrados de extensión. Zona dominada por diferentes cumbres, cascadas, lagos, arroyos y pastos. La Piedra de Bismantova se caracteriza por sus paredes en forma vertical. En fin, estos son solo algunos lugares, pues hay mucho más. 

La Plaza Prampolini en el centro de la ciudad:

Su centro histórico se recorre muy fácilmente en bicicleta o, si lo prefiere, a pie. Y los puntos principales están tanto en la Plaza Camillo Prampolini como en la Plaza San Próspero. Los lugareños llaman también a la Plaza Prampoli la Plaza Grande, si se compara con la de San Próspero; además, en esta plaza se acogen puntos importantes tanto de la vida religiosa como de la política.

El nombre de Prampolini se debe al político nacido en esta región de Reggio Emilia en 1859, figura simbólica y reformista del socialismo; además, era periodista y abogado. Se dice que fue construida según la arquitectura románica en el 875 y fue llamada la Catedral de Santa María Assunta; hoy día Catedral de Reggio Emilia. 

A lo largo del tiempo se le han realizado varias reformas hasta llegar al aspecto actual; algunas de las estatuas de la época siguen visibles en su parte delantera o fachada. La parte interna contiene la cripta, construcción del siglo XIII aproximadamente; contiene 42 columnas con capiteles fragmentarios que tienen la función de sostener la bóveda. El Altar antiguo contiene los cuerpos de algunos santos.

También encontramos el Palacio Episcopal y del Monte, donde se localiza la famosa Torre Cívica, con su reloj. Y frente al Palacio del Monte está la Estatua del Crostolo, que es un monumento, símbolo importante para recordar el río con el mismo nombre. Se tiene el proyecto de llevar directamente a la estatua el agua y transformarla en una fuente. 

También tenemos el Ayuntamiento, donde se localiza la Sala Tricolor, la cual en la actualidad es utilizada como el Salón del Consejo Municipal de la ciudad. El origen de este recinto fue en 1768, cuando se decide construir un archivo central estatal; pero al finalizar la obra se cambió el objetivo de la sala, debido a la cantidad de documentos que contenía; previniendo provocar un incendio a futuro. 

Entonces, se crea una comisión para tomar la decisión del uso para esta sala, y en 1797 se proclama primero la República fugaz de Cispadana de Napoleón, y se adopta la bandera actual italiana de color verde, blanca y roja por primera vez, cambiando el azul que tenía de la bandera francesa por el tono verde; color de los que lucharon por el país de manera voluntaria.

Adyacente a la Sala del Tricolor se localiza el Museo del Tricolor, el cual está dedicado a ese gran día de la bandera de Italia. En el 2017 el museo fue ampliado y ahora se encuentra dividido en 3 diferentes plantas, donde se incluyen reliquias y documentos que se relacionan con la historia de la bandera; además de evidencias que tuvo el final de la época de Napoleón, entre otros.

Si seguimos el recorrido encontramos, en la Plaza Luigi Roversi, la Iglesia del Cristo, una capilla del siglo XVIII que fue transformada; con fachada de 3 estatuas de mármol que representan las famosas 3 virtudes: la Fe, la Esperanza y la Caridad. Internamente, el altar del siglo XIX contiene el fresco del Cristo Crucificado, con la Virgen de los Dolores que se arrodilla a sus pies. 

Luego, a unos 5 minutos o 350 m, se localiza el Corso Garibaldi, donde vamos a encontrar la Basílica della Ghiara, la cual data del siglo XVI. Tiene un estilo barroco bien clásico, donde se albergan los frescos de los mejores artistas emilianos de la época, tales como Alessandro Tiarini, Luca Ferrari, Orazio Talami, entre otros.

La fachada posee columnas jónicas en su parte superior y dóricas en la inferior; realizadas en laterita, más las inserciones en mármol blanco de Verona. Igualmente, el portal central contiene mármol de bajo relieve y la Virgen de Ghiara. Internamente tiene decoraciones en dorado, mármol y los diferentes frescos que cubren las bóvedas y la cúpula, el techo, entre otras obras.

La Basílica de San Próspero y su torre en la Plaza San Próspero:

A unos 6 minutos del centro de la ciudad se localiza la Basílica de San Próspero, dedicada al patrono del lugar. Fue construida en 997, de estilo barroco y se caracteriza por una fachada con 6 leones de mármol rojo de Verona y 11 estatuas de los santos y doctores de la iglesia. También, hacia el lado derecho de la fachada, se observa el campanario aún sin terminar y de forma octagonal.

La parte interna de la Basílica se encuentra dividida en 3 naves; su bóveda muestra los frescos de Procaccini Camillo, del siglo XVII, representando el Juicio Final. El conjunto de Madera de 1546 posee paisajes rurales, perspectivas urbanas y naturalezas muertas; obra artística de la marquetería. 

No muy lejos de allí, caminando por la Vía Aemilia, se llega a la Plaza de los Teatros, donde se localiza el Teatro Municipal: el Teatro Cesare Zavattini; el cual se conoce como Teatro Cavallerizza y el Teatro Ariosto. 

Los Claustros de San Pietro y el Próspero:

Estos Claustros también se localizan en el centro de la ciudad o casco antiguo, cerca de la iglesia que lleva el mismo nombre. Se ubican dentro del convento de San Pietro, construido en 1524 por los monjes Benedictinos y donde estaba ubicada, en 1140, la iglesia de San Pietro. El más pequeño data de la misma fecha de la construcción del convento, de estilo renacentista.

Luego, en 1580 se construye el Gran Claustro, de estilo manierista, quedando así sustituida la iglesia de San Pietro con estas nuevas estructuras. Hoy día este monasterio antiguo, después de ciertas restauraciones, es un centro cultural de proyectos contemporáneos, un laboratorio de ideas para la socialización e innovación de la ciudad.

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