Cena en una cárcel, una nueva experiencia gastronómica en Milán

Con tantos restaurantes en la zona de Milán uno se pregunta ¿Por qué llama la atención ir a almorzar o cenar a un lugar de este estilo? Hacia la periferia de la ciudad se ubica “In Galera”, en italiano “En la cárcel”; un restaurante localizado en la parte interna de la prisión de Bollate. 

Fue en octubre del 2015 cuando abrió sus puertas al público, y desde ese momento ha tenido una gran repercusión; no solo por la propuesta tan original sino también por los precios y productos de calidad; extraídos de la huerta de la prisión. 

Se han esmerado en una selección de materias primas y en mucha profesionalidad en cuanto al trabajo que desempeñan, alcanzando en poco tiempo 1 estrella Michelin. La cárcel cuenta con una población de 1200 presos, de los cuales el 91% pertenece al sexo masculino; entre ellos 4 de estos reclusos laboran como camareros y 5 preparan los platillos. 

Todos bajo la orden del chef y del jefe de la sala, que son profesionales externos de la prisión. El restaurante ha sido un éxito, atrayendo a muchos clientes; al punto en que se debe realizar de manera telefónica una reserva. 

 “Es evidente la sabiduría sobre la mesa, iniciada en el 2004 por la Sra. Silvia Polleri, también presidenta de la Cooperativa social ABC, quien trabaja con los reclusos de Bollate desde esta fecha en su formación, los cuales han mejorado muchísimo. Hoy día esta prisión en Milán ha sido reconocida como un ejemplo de una buena práctica de corrección

¿Cuál es el objetivo de este proyecto social para los presos de la cárcel?

La idea de este proyecto es que los reclusos, una vez que salgan de la cárcel, cuenten con un oficio y se puedan reinsertar nuevamente en la sociedad actual, mediante la capacitación y formación profesional. Facilitándoles así el acceso a ese mundo laboral y eliminando también todos los estigmas que deja la vida carcelaria. Igualmente, los reclusos están interesados en demostrar que han cambiado y que son personas diferentes.

Es la 1era vez que una cárcel realiza una actividad económica abriendo sus puertas al público. Un restaurante donde se sirven tanto almuerzos como cenas, atendidos por los reclusos; 4 de camareros y a nivel de la cocina unos 5. Aunque parece que ya trabajan 12 en total. El chef de experiencia, de la escuela de cocina Alma de Gualtiero, es el encargado de la formación de los novatos. 

Además, se han obtenido resultados positivos. Por ejemplo, 4 de los ex reclusos, después de que salieron de la cárcel, lograron obtener empleo en línea con la experiencia que habían obtenido mientras estaban en su reclusión. Por cierto, se ha anexado a nivel de las cenas encuentros culturales y presentaciones de vinos.

¿Qué requisitos deben tener los presos para poder ingresar a este proyecto?

Los candidatos, para poder trabajar en el restaurante In Galera, básicamente no deben tener ningún tipo de dependencia; es decir, ni de drogas, ni de alcohol y mucho menos de algún tipo de psicofármacos. Trabajan con sueldos entre 600 y 1200 euros, dependiendo de la función de cada uno.

Los reclusos trabajan con mucho entusiasmo, siendo el lema del restaurante el orden y la disciplina. Algunos han encontrado acá, el ser útil; otros piensan que es una manera de poder redimir sus errores; y otros sienten que de esta manera pueden iniciar una vida nueva. Sea como sea, ha sido un proyecto que los ha ayudado a ver un aspecto diferente para sus vidas.

¿Quién gestiona este proyecto de la cárcel de Milán?

Esta oportunidad que se les ofrece a los internos de esta cárcel, tanto de rehabilitación como de trabajo, ha sido gestionada con el apoyo de la Cooperativa ABC y de la PwC Italia; esta última es una firma que presta diferentes servicios y asesoramiento a instituciones, compañías y gobiernos a nivel mundial. 

Este proyecto tiene inversión tanto pública como privada, siendo la Sra. Silvia Polleri la presidenta de la Cooperativa ABC, encargada de gestionar todo lo relacionado al restaurante. Siempre con la idea de darles a los internos herramientas a nivel curricular para su futura inserción en la sociedad.

¿Cuál es el objetivo de este proyecto para el público de la sociedad?

Actualmente, los reclusos quedan marcados ante la sociedad y de por vida cuando salen de la cárcel; no importa si estuvo 6 meses o muchos años; por tanto, le quedan cerradas todas las puertas. Entonces, el éxito del restaurante ayuda a romper esos prejuicios sobre esta población, ya que los clientes quedan con una impresión muy diferente a lo que creían.

Quedando satisfechos tanto por la calidad de los platillos como por la amabilidad del servicio que se ofrece. De hecho, el restaurante se ha convertido en uno de los más populares de Milán; ocupando un importante puesto entre los 6000. Además, por 1era vez, la cárcel no pide servicio sino más bien los ofrece. Un ambiente insólito, con comida de calidad y una bella experiencia. 

¿Cómo hacemos para acceder a ese comedor del restaurante?

La única condición es que se realice una reservación por teléfono, bien sea para almorzar o cenar; es decir, desde su apertura sus 52 cubiertos siempre están reservados. Entonces, una vez que llegamos al lugar se accede a una sala, que es la misma donde esperan los familiares cuando realizan las visitas de los reclusos.

Seguidamente, en esa sala el personal de formación de la Scuola Paolo Frisi espera a los clientes para luego conducirlos al establecimiento del restaurante. Los clientes no deben enseñar ni dejar ningún documento o alguna pertenencia en la entrada; tal como el celular.

Sin embargo, en el caso de los reclusos que trabajan en el restaurante, no tienen permitido que sus familiares asistan como clientes ni tampoco pueden utilizar su celular. Además, pasan por el control correspondiente antes de ingresar al recinto. Igualmente, no hay intenciones de fuga, ya que ellos entienden perfectamente el beneficio de esta medida, según el ordenamiento penitenciario, en su artículo 21. 

¿Cómo es la decoración del lugar?

El restaurante se encuentra alejado, a unos cuantos metros del acceso a la prisión, en un estacionamiento que posee furgones estacionados tipo policiales. Luego, en la puerta, se localiza un pequeño letrero con el nombre del restaurante “In Galera”. El lugar se encuentra decorado con estilo minimalista, un local acogedor y cálido

Paredes pintadas en colores combinables y neutros, con luz cálida, piso de madera y mesas y sillas que hacen juego. Además, de forma decorativa tienen en sus paredes cuadros relacionados con algunas cárceles famosas, tales como La Milla Verde y La Fuga de Alcatraz. Igualmente, los manteles individuales tienen los mismos motivos. 

Asimismo, los camareros visten de manera pulcra, con camisa muy blanca y pantalón y chaleco en color negro, los cuales atienden muy amablemente a los clientes. El lugar no parece que está en una cárcel, pero tampoco se intenta disimularlo; lo cual se observa en su decoración.

El bacalao al vapor con crema de pimiento rojo y la Crema de patata a la leche con pan negro son algunas de las especialidades del restaurante. Igualmente, la presentación de los platillos tiene un aspecto muy agradable. La presidenta Polleri ahora espera que este proyecto se extienda a otras cárceles, siguiendo el mismo ejemplo de ellos.

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