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Roma nos dejó un imponente y valioso legado mundial del cual no se duda. Entre otras cosas, Roma fue la cuna del derecho ciudadano; y lo sagaz de su ingeniería modernizó totalmente la infraestructura de la Península Ibérica. Además, de la antigua Hispania romana aún subsisten, cual perennes tesoros, los yacimientos romanos de España.
Los yacimientos romanos en España preservan su esplendor antiguo y eso los hace fuente de interés histórico y cultural; y también de gran provecho turístico. Por eso, acompáñanos en este hermoso recorrido virtual para conocer más en detalle estas reservas arqueológicas
Itálica, Sevilla
La sublime y antigua Itálica está ubicada a 7 kilómetros de la bella Sevilla. En sus momentos de grandiosidad Itálica vio nacer a los emperadores Trajano y Adriano. Marco Trajano fue el primer Cesar romano nacido en Hispania y se le consideró uno de los mejores emperadores que ha tenido Roma; gracias a su excelente habilidad como administrador y soldado. Trajano llevó el dominio romano en la zona ibérica hasta su máxima extensión.
Por su parte, el emperador Publio Adriano, sobrino y sucesor de Trajano, se inclinó más hacia el estudio del arte antiguo, las diferencias culturales que convergían en el imperio, la filosofía y las ciencias. Llenó la ciudad de grandes construcciones como anfiteatros, puentes y castillos. Hoy este yacimiento romano de España conserva, entre otros tesoros, restos de un anfiteatro donde valientes gladiadores combatían a muerte para entretener a nobles y plebeyos.
Segóbriga, La Mancha
En la provincia de Cuenca se encuentran los restos de la que fue considerada una pequeña Roma. Este yacimiento está situado en Segóbriga y es uno de los más importantes de España; su crecimiento como urbe fue impulsado por Cesar Augusto. El lugar incluía termas, teatro, circo, gimnasio, foro y más. Y si recorres el lugar observarás los restos de un majestuoso y antiguo anfiteatro que aún conserva algo de sus gradas y su escenario en buen estado.
También conocerás el área minera de lapis specularis, donde los romanos realizaban la extracción de cristales de yeso. Este yacimiento romano en España es hoy por hoy un parque arqueológico que bien merece la pena un recorrido. Así podrás imaginar la forma de vida que en el pasado tuvieron los habitantes de esta ciudad.
Segovia, Castilla y León
Los romanos construyeron una multitud de canales de agua por todo el territorio de la actual España. Sin embargo, el acueducto de Segovia es una de las obras de arquitectura e ingeniería más asombrosas que le dejó el imperio romano. Su objetivo era dirigir el agua del manantial de Fuentefría hasta el pleno centro de la ciudad. Este yacimiento romano en España fue declarado en 1995 por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Actualmente, las ruinas de este yacimiento romano siguen recorriéndose y admirándose; pues sobreviven como testigos silentes de un pasado glorioso, al estilo propio de los imponentes emperadores romanos.
Tarragona, Cataluña
Esta hermosa ciudad en antaño se conoció como Tarraco y fue una de las más importantes de la Hispania romana. Poseía teatro, foro, acueducto y un circo donde se llevaban a cabo las antiguas carreras de cuadrigas. Estas competencias deportivas romanas eran muy famosas y peligrosas; en ellas se unían hombres, carruajes y caballos. Las apuestas eran lo común en estas actividades; la perdición de sus riquezas para muchos y la alegría de uno que otro.
Actualmente este yacimiento romano en España está declarado como Patrimonio de la Humanidad. Y el mayor atractivo de este monumento histórico son las ruinas de su cautivador anfiteatro; con su impactante, inspiradora y hermosa vista al mar. Tarragona es un lugar de ensueño que tienes que visitar, ya que integra la vida moderna del siglo XXI con el legado antiguo que dejaron en España los aguerridos romanos.
Carmona, Sevilla
En este municipio se conserva una de las necrópolis romanas más importantes de España. Son las tumbas romanas utilizadas desde el siglo I a. C hasta el siglo IV d. C, que siguen revelando los grandes misterios del imperio romano. En este lugar, compuesto por diferentes cámaras funerarias, existen dos sepulcros muy especiales; conocidos como la tumba del elefante y la de Sevilla. También se mantienen las ruinas de un anfiteatro y dos canteras.
Mérida, capital de Extremadura
Las numerosas y extensas batallas que vivió el imperio romano dejaron miles de soldados en condiciones no aptas para combatir. Ante esta cruel realidad muchos de ellos se retiraron a Emerita Augusta, la antigua capital hispana de Lusitania. Hoy, a dos mil años de recorrido de aquel pasado guerrerista, en la actual Mérida se sigue percibiendo la una gran influencia del imperio romano.
Mérida fue declarada Patrimonio de la Humanidad y en este yacimiento romano en España destaca especialmente el Teatro Romano de Mérida. Ahora, este monumento sigue engalanando la vida de lugareños y visitantes, ya que en este lugar anualmente se celebra el Festival Internacional de Teatro Clásico. Un evento cultural sumamente importante y otro de los admirables legados que dejó para España y el mundo el sacro imperio romano.
A Coruña, España
En la Coruña se ubica el faro romano más antiguo que está en pleno funcionamiento; ya que este monumento sigue prestando ayuda a los valientes navegantes. Conocida como la Torre de Hércules, este yacimiento se sitúa imponente sobre una colina de rocas que posee una altura de 57 metros denominada Punta Eiras. Este bien conservado faro es el tercero más alto de España y en 2009 fue declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad
Alcántara, Extremadura
El puente romano de Alcántara es un monumento arqueológico que atraviesa el río Tajo con sus 194 metros de largo y sus imponentes 58,2 metros de altura. Se construyó entre el 104 y 103 a. C y posee seis arcos y cinco pilares. Este puente se edificó en honor al emperador romano Trajano y en su entrada se sitúa un poema que atestigua “El puente, destinado a durar por siempre en los siglos del mundo, lo hizo Lacer, famoso por su divino arte”. ¿Será posible que esto se cumpla? Solo el tiempo podrá dar la prueba de las promesas dadas.