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La capital de Rioja Alavesa, tierra de viñedos, tiene un rico patrimonio que se remonta a la Edad Media, y su gastronomía es en sí misma la mejor excusa para un viaje. Aquí reina el hedonismo.
Los apenas 20 minutos en coche que separan Logroño de Laguardia pueden llevar a confusión, pero no se equivoque, se trata de la capital de la comarca de Rioja Alavesa, perteneciente al País Vasco. Sin embargo, gracias a su cercanía, con el paso de los años se ha convertido en uno de los destinos más populares cuando se pasa por Logroño. Esta ciudad medieval es el lugar ideal para pasar un día o un fin de semana entero, donde el vino, la buena comida, la historia, el descanso y la relajación están a la orden del día. Por qué ir.
Ahora que ha comenzado el nuevo año y estamos dispuestos a despedirlo con recorridos y experiencias que invitan al placer más absoluto, no dude en incluir Laguardia en su lista de propósitos de viaje. La visita no le decepcionará.
LA CAPITAL DE LA RIOJA ALAVESA
Para entender todo el patrimonio histórico y cultural que encontraremos durante nuestra visita a Laguardia, debemos saber que esta ciudad medieval fue fundada en el siglo X con una clara finalidad defensiva. Se fundó en el siglo X con fines defensivos. Situada en lo alto del cerro que custodia la actual capital de Rioja Alavesa, estuvo entonces bajo el dominio del rey Sancho Abarca de Navarra. Por ello, creó esta fortificación fronteriza con la idea de proteger el Reino de Navarra de posibles invasores, especialmente moros y castellanos.
A partir del siglo XVI, Laguardia perdió su papel de fortaleza militar y vivió siglos de paz, durante los cuales comenzó a extenderse la afición por el vino y las numerosas bodegas diseminadas por la ciudad. Es interesante señalar que casi toda la ciudad se podía explorar a través de los pasadizos subterráneos de las bodegas -también conocidos como «calados» o cuevas- en los sótanos de las casas, muchos de los cuales siguen abiertos al público hoy en día y son de visita obligada.
POR SU GASTRONOMÍA «EPICÚREA» Y HEDONISTA
Ahora que nos hemos presentado, es el turno del hedonismo. De hecho, la gente también viene aquí para divertirse, desconectar y, por supuesto, comer y beber. Tras un aperitivo en una de las muchas tabernas que llenan el casco medieval, el restaurante Sugar, en la calle Paganos 35, es una sorpresa culinaria para el visitante y una declaración de intenciones que apuesta por la calidad de los productos locales. Guía Solete 2021 Repsol sólo confirmó lo que ya era un secreto a voces: ¡saben lo que hacen aquí!
A pesar de estar especializado en carnes a la brasa, con opciones como chuleta de cordero, lomo de bellota, chuletón de buey y solomillo, el resto de platos que complementan el recetario gastronómico propuesto no tienen nada que envidiar. Algunos de nuestros platos favoritos? carpaccio de setas de temporada con pimientos de la Vera y aceite de oliva; puerros a la plancha (de Navarra); croquetas de ternera vasca; verduras a la plancha; bacalao a la riojana; caparrones con chorizo para el invierno y pochas con almejas para el verano.
PORQUE ES TIERRA DE VIÑEDOS
Rioja Alavesa cuenta con más de 300 viñedos, alrededor de 13.000 hectáreas de viñedo y pertenece a la denominación de origen calificada Rioja. Ya sea en el centro de la ciudad o en sus alrededores, las bodegas aparecen al pasar por Laguardia, y la visita a una de ellas no sólo es inevitable, sino imprescindible para conocer un poco mejor las cualidades de esta tierra de vinos.
En la misma Laguardia, en la calle Paganos 78, nos espera Casa Primicia, considerado el edificio más antiguo de la ciudad y la primera bodega de Rioja Alavesa que data del siglo XV. Sin salir del centro, en la Plaza San Juan se encuentra la vinoteca El Fabulista, fundada en honor del fabulista Félix Maria de Samani, que vivió a finales del siglo XVIII.
En la zona hay varias auténticas joyas relacionadas con el vino que llevan al extremo la experiencia del enoturismo. Algunos ejemplos son Bodegas Rioja Vega, Ysios, Hacienda López de Haro, Eguren Ugarte o Marqués de Riscal.
POR SU COMPLEJO LAGUNAR
Además de comida y bebida, Laguardia también ofrece espacio para excursionistas y observadores de aves. Entre viñedos, a las afueras de Laguardia, se encuentra el complejo Laguna Laguardia.
Con cuatro humedales -Carravalseca, Carralogroño, Musco y Prao de la Paul- es un biotopo protegido por sus características geológicas y por la flora y fauna que lo habitan. El senderismo por los caminos rurales es especialmente popular de marzo a septiembre, cuando se pueden observar más aves.