La uva rufete (y otras razones por las que visitar la Sierra de Francia)

La Comunidad Autónoma de Castilla y León se localiza hacia el norte de la península ibérica, y está conformada por 9 provincias, entre ellas la de Salamanca. La Sierra de Francia se ubica hacia la zona sureste de esta provincia y es una de las subdivisiones del Sistema Central; se dice que es la comarca que posee mayor sentido natural, histórico, geográfico, tradicional y cultural.

Su nombre se debe a que, en el siglo XII, esta Sierra fue repoblada con personas que vinieron de Francia, de Gascuña, y se asentaron en esta zona, que forma parte del Parque Natural de la Sierra de Francia Batuecas y de la Reserva de la Biosfera de las Sierras de Béjar-Francia. Paisajes que se caracterizan por montes, extensiones boscosas y valles por donde circulan tanto arroyos como ríos. 

Está formada por 32 municipios, y de entre ellos 6 pueblos de esta Sierra de Francia han sido declarados conjuntos histórico-artísticos; estos son La Alberca, Miranda del Castañar, Mogarraz, Sequeros, San Martín del Castañar y Villanueva del Conde.

La Sierra de Francia ofrece singulares experiencias, bien sea para disfrutar solo, en pareja o con familiares y amigos. Un entorno de mucha naturaleza, cultura, viñedos de los bancales, arquitectura popular, gastronomía, senderismo, entre otros. El mayor tesoro de la zona es la variedad de su uva autóctona: la Rufete; cultivada en bancales desde tiempos ancestrales.

La Ruta del Vino de la Sierra de Francia te ofrece degustar en cada copa de vino un poco de su cultura, patrimonio, vinos sutiles, únicos y elegantes; posiblemente obtuvieron este legado de esta variedad de uva cuando llegaron a la comarca de Salamanca los franceses en la Edad Media. 

¿Qué son los bancales o terrazas en la Sierra de Francia?

La estructura en terrazas o bancales es la forma en la que los agricultores llevan mucho tiempo ganándole al terreno de la zona, para poder cultivar su mayor tesoro: la uva Rufete. Los bancales construidos con paredes de roca seca, piedra sobre piedra, sin elementos que los unan, solo cuentan con el ingenio de los constructores; metodología inclusive algunas de la época romana. 

No se utilizan grandes maquinarias; solo la experiencia, la fuerza y el empeño de los agricultores que entienden y realizan esta forma de cultivo y trabajo, obteniendo de esta manera vinos con reconocimiento tanto nacional como internacional; bajo la garantía de calidad de la Denominación de Origen Protegida, o DOP.

Es una agricultura heroica que se ha transmitido de generación en generación, respetando siempre el medioambiente; ya que la mayoría de los viñedos están dentro de la Reserva de la Sierra de Béjar-Sierra de Francia y del Parque de las Batuecas, cuyo resultado es la supervivencia de una variedad autóctona y única, como es la uva rufete; una alquimia de esta zona.

Hablemos un poco sobre los tipos de uva de la Sierra de Francia:

Estos viñedos centenarios tienen una edad que va entre los 80 y 120 años, y han pasado por las manos de muchas generaciones que, a pesar de ser un suelo arcilloso y arenoso en su mayor parte, y con alturas de máximo 1000 m, las propias cepas cada año pareciera que se autorregulan; augurando una calidad excelente de los vinos, inclusive de añadas futuras.

Tenemos la Rufete Blanca, llamada también Verdejo. Es un tipo de uva que solo se da en esta zona, con cepas de porte erguido, racimos de pequeño tamaño, compactos y unas bayas de hollejo duro que al llegar a la maduración toman el color dorado. Se cultivan apenas unas 7 hectáreas, y se necesitan de muchos kilos para llegar a producir 1 lt del vino; el cual es muy sutil y con buena acidez.

La Rufete Tinta. Esta planta también es de racimo pequeño y bien apretado, su baya es achatada, con tamaño medio y el hollejo muy fino; su color es azulado oscuro. Los vinos que se elaboran con esta variedad de uva muestran un color rojo brillante y aromas tipo fresas silvestres y frambuesas; además de toques herbáceos. 

Cuando se prueban en boca presenta una acidez notable, agradable y un dulce delicado, de grado alcohólico medio. Este Rufete, junto con la Garnacha Tinta (llamada también Calabrés) y la Tempranillo o Aragonés, vienen formando la famosa Triada Tinta de esta zona. 

¿Qué le espera a un viajero por la Ruta del Vino de la Sierra de Francia?

Realmente hay muchas opciones. La lista de la web “La Ruta del Vino de la Sierra de Francia” es larga, con 56 experiencias diferentes. Entre ellas, por supuesto, de tipo Enoturísticas, con la cata y degustación de sus joyas autóctonas de vinos, mostrando al visitante tanto la elaboración como visitas a sus bodegas.

Por ejemplo, está la Bodega Cuarta Generación, la cual nos permite pasear entre sus vides. Además, tienen el Museo del Vino, en donde te puedes enterar de todos los detalles y tradiciones locales. Igualmente, ofrecen catas de sus vinos junto a delicias de jamones.

También, en la Ruta de la Sierra de Francia, en épocas de vendimia abren sus puertas acogedores enclaves en hoteles y casas rurales al turismo. Se ofrecen actividades para disfrutar en familia, rutas en bicicleta por esos paisajes silvestres, pasear por los centenarios viñedos o simplemente sobrevolar en globo sobre ellos; toda una emoción a flor de piel.

Igualmente, se ofrecen rutas de senderismo en el Parque Natural, con flora y fauna diversa; al igual que su clima, el cual permite la producción de aceitunas, cerezas, uvas o castañas; toda una riqueza cultural y patrimonio histórico-artístico. Entre las rutas tenemos:

La Ruta Cepeda-Herguijuela de la Sierra-Madroñal:

Esta se inicia en el pueblo de Cepeda, construido sobre un castro prerromano, hasta que se llega a Sotoserrano; durante el trayecto se conocerá el puente medieval, los bosques de robles, avellanos, castaños, acebos, entre otros. Seguidamente, se continúa hacia Herguijuela, encontrando en el camino hermosos cultivos.

La Ruta Circular de Madroñal:

Iniciamos justamente en este punto, luego en dirección hacia la cooperativa y llegamos a una bifurcación. Se recomienda el camino de la izquierda, ya que es un poco más suave, bajando entre árboles y huertos hasta que se llega al sendero Cepeda-Herguijuela, con una selva un poco espesa. Posteriormente a una pista asfaltada, para llegar nuevamente a Madroñal.

El Camino de los Rodales: 

Un recorrido pequeño de 6,5 km en forma circular alrededor de Miranda del Castañar, ofreciendo unas vistas panorámicas de la Sierra de Francia. También podemos contemplar el Caño Cachope en un desvío a pocos metros, en la mitad del recorrido; en donde se pueden refrescar. 

Pero también hay recorridos que se realizan en varias jornadas de gran extensión, formados por senderos, veredas y caminos para movilizarse de un pueblo hacia el otro. Además, en su recorrido montañoso se siguen trayectos de los ríos Francia, Alagón y Cuerpo de Hombre. En el camino también se observan diferentes influencias climáticas a distintas alturas, lo que produce microclimas diversos, perfectos para tal vegetación.

Esta travesía pasa por algunos de los 22 pueblos que conforman la Ruta de la Sierra de Francia o paralelos a ellos; de los cuales 6 fueron declarados Históricos-Artísticos. Estos son: La Alberca, Miranda del Castañar, Mogarraz, Sequeros, San Martín del Castañar y Villanueva del Conde; observando las terrazas de las diferentes vides. 

Pueblos de calles empedradas con casas tipo rústicas y repletas de tramoneras o palos de madera de castaño que cruzan sus paredes. La Travesía se llama Sierra de Francia, es decir, se atraviesa el Parque Natural de la Batuecas-Sierra de Francia a lo largo de 48,5 km en dirección este a oeste. 

Comenzando el recorrido acá en el Parque Natural, específicamente en el municipio de Sotoserrano, un 1er tramo se transcurre hasta llegar al pueblo de Cepeda. Luego nos seguimos adentrando hacia bosques de pino, robles y acebos, para llegar hasta Herguijuela de la Sierra y Madroñal. Seguidamente se cruza el arroyo San Pedro del Coso, a través del Dehesa Cepeda, un Puente de estilo medieval, hasta llegar al municipio. 

Continuamos el camino entre los cultivos de las fincas llegando hasta la Villa Medieval de Miranda del Castañar. Seguimos paralelamente por el camino a la carretera del pueblo de Mogarraz, pasando por algunas fincas y lugares medio selváticos hasta que se llega al puente de piedra de Los Tres Ojos.

Luego se sube hasta Mogarraz, para salir hacia Monforte de la Sierra; desde acá se observan vistas de las terrazas de olivo, cerezo y, por supuesto, vid. Ahora se camina entre la naturaleza y se llega a la ermita de Majadas Viejas; y en el recorrido la Laguna de San Marcos, la ermita en ruinas y el mirador del río Francia.

La idea es observar los pueblos de San Martín del Castañar y las famosas Casas del Conde. Luego nos dirigimos hacia el pueblo de La Alberca y finalizamos en el Mirador de la Peña de Francia.

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